Juan Francisco Coloane
La medida de nacionalización parcial de bancos con problemas en el Reino Unido, aplicada por el Primer Ministro Gordon Brown, ha tenido más bien el impacto de una señal política que el valor en sí mismo de la inyección monetaria. La gestión política estimuló el repunte de las bolsas, aunque el sistema financiero continua volátil.Con lo que podría instituirse como el “Plan Brown”, el mercado financiero tiende a recuperarse. Esta nacionalización comienza a replicarse en EEUU y hay un breve respiro, aunque abundan voces augurando dificultades para el crecimiento económico, con efectos en el bienestar de las personas. Las bolsas parecen regresar al comportamiento habitual con vaivenes previsibles y turbulencia. Aún así: ¿Cuán sólida es la confianza en el ambiente en general? ¿Se sustenta el sistema financiero sobre la base de confianza que existía antes de esta crisis? El Estado en boga Al intentar salvaguardar la base financiera del sistema económico con el estado, lo más significativo es el protagonismo de la social democracia europea encabezada esta vez por Gordon Brown, para liderar el rescate. No es que de pronto renaciera de las cenizas “La Tercera Vía”, de su viaje hacia el centro político. En la posición ideológica opuesta Nicolás Sarkozy - un revoltijo de neoconservador populista con olfato político-, planteó en la reciente reunión de la zona europea la necesidad de refundar el capitalismo. Brown es retraído, sólo actúa en los bancos. Sarkozy es pomposo y mediático y todavía no lanza su receta para reconfigurar el sistema. Pero la oportunidad para ambos estaba allí, usando un instrumento único y en boga nuevamente: el Estado.En este plano, el fenómeno político se robustece más en Europa que en EEUU enfrentando una transición de nudo ciego hasta el 4 de noviembre.Con los indicios de que el tema racial afectaría las opciones de Barack Obama, de vencer Mac Cain, EEUU se estaría quedando cada vez más a la deriva, arrastrando iniciativas como los tratados de libre comercio en situación de vulnerabilidad.El Nuevo Orden Económico Internacional proyectado en EEUU a partir de la caída de la EX URSS, estaba concebido para generar zonas de libre comercio a nivel planetario, todo enfilado en un esquema de tratados de comercio estimulando el bilateralismo.Con la insolvencia del sistema financiero, el esquema de tratados bilaterales de libre comercio (TLCs por ejemplo), podría cuestionarse porque su diseño se planteó bajo condicionantes completamente diferentes. Las exportaciones están en la primera línea de un sistema financiero solvente.Pero eso no es todo. La actual crisis en vez de integrar a las economías y estimular la cohesión en cada país, producirá el efecto contrario. La razón es simple. Durante los 25 años de aplicación del ajuste estructural a las economías, un eje ideológico consistía en incrementar la capacidad individual de las personas para asumir responsabilidades y riesgos en cada renglón de sus vidas, accediendo a recursos económicos. Con el ajuste se inauguraba una nueva cultura de protección social, relegando las políticas públicas sociales a un segundo plano. La educación se suma a ese carro, sin otro objetivo que insertar al individuo en la competencia y el mercado. Pensar que toda esa cultura de 25 años se desplomaba a partir de esta crisis es apresurado.Lo que sí puede suceder el largo plazo, es que si hay recesión, no habrá forma que el estado recupere la inversión, ni que los bancos con problemas vuelvan a ser sustentables. Por lo tanto el problema continuará en el dinero, si el sistema mayor no se reconfigura. En este sentido, la noción de una protección social centrada en la transferencia de liquidez a los sectores vulnerables de la sociedad, no se sostiene después de esta crisis.Otras variables Este tipo de fenómenos que remece estructuras de poder, es una instancia privilegiada para observar cómo éstas reaccionan y en ese plano leer el mensaje.La vigorosa participación del estado en el rescate de ciertos bancos e instituciones financieras, refuerza la discusión de cuál es la dosis de estado y cuál la de libre mercado para sostener el sistema.El analista Peter Cardillo de Avalon Partners dice en The Guardian, que “el plan de gobierno penetra en el centro del problema, y no descarta una recesión, advirtiendo que cuando pase la euforia, el mercado enfrentará la realidad”.Por otra parte Alejandro Alarcón, cabeza de las entidades bancarias en Chile, decía en una radio en Chile (17 octubre) “que la gente tiene que estar tranquila,… que el mundo financiero saldrá fortalecido de esta crisis, y de que se ha exagerado su impacto”. El problema central reside en ciertos bancos que no midieron ciertos riesgos, y colocaba como ejemplo positivo al presidente del Banco Santander, Emilio Botín, elegido como un modelo de banquero responsable.Dato curioso y relevante. El 25 de abril de 2008 una avioneta se estrelló en la finca de este banquero, El Castaño, conteniendo 273 kilos de hachís. La avioneta pretendía aterrizar en el aeródromo de la finca para depositar la carga en otro vehículo estacionado allí, según el periódico El Mundo. El incidente quedó esclarecido, aunque se desconoce por qué la avioneta se estrelló y andaba en ese rumbo. El día 11 de julio de 2008 el Banco Santander fue elegido como el mejor banco del mundo por la revista especializada Euromoney.Sin la intención de enlodar el prestigio de este banquero, la información incita a pensar en vínculos posibles entre capital especulativo, crisis financiera en general y la liquidez proveniente del narcotráfico, que sufre también su propia crisis de “esquizofrenia” por representar varios intereses. Este cruce de variables es precario por carencia de datos públicos. Sin embargo, como resultado del clima de desregulación salvaje, el crecimiento acelerado del capital especulativo, puede estar relacionado con el aumento del dinero proveniente del narcotráfico, y así se explica el crecimiento veloz y expansivo de ciertas empresas y franquicias en la última década.Desde la perspectiva que la fiscalización pública es débil o inexistente, es cuestionable que el énfasis de las causas de esta crisis (en la cobertura mediática masiva), se haga descansar en la irresponsabilidad de algunos bancos. El rol del dinero del narcotráfico en el desarrollo del capital especulativo y de ciertos rubros productivos no entra en la esfera de las responsabilidades. Con esta crisis, no era el fin del sistema económico ni menos del capitalismo, como se auguró en alguna parte. Pero sin duda, hubo una señal inequívoca de fatiga extrema en un sistema con altísima concentración de poder, y de precaria participación pública. Al final de la línea financiera, resalta la precariedad de las políticas públicas para superar los problemas sociales de los países. Se confirma que el sistema no puede sostenerse sobre masas de gente asalariada debilitadas en todos los frentes de sus vidas. Es así que el crecimiento de lazos entre zonas económicamente deprimidas con poblaciones pobres o indigentes que estallan, y la línea financiera del narcotráfico, sea hasta el momento inevitableNo hay cambio de paradigmas, sin embargo hay síntomas de fatiga en la gestión política. El escaso liderazgo de Naciones Unidas es un indicador. La ONU podría haber aprovechado la oportunidad para introducir y hacer resaltar algunas consideraciones de orden social, en el rescate del estado a los bancos. Es tal la distancia entre sistema financiero y función social en estas estructuras de poder, que una acción de esta naturaleza parece inconcebible. En este plano, el liderazgo que reclamó el sector financiero funcionó solo para un solo lado, el del dinero, invitando a mayores grados de inestabilidad.
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