miércoles, 16 de julio de 2008

Crisis de alimentos es una oportunidad para el desarrollo de la agricultura

La Sede Central del IICA en Costa Rica acogió un taller de expertos en el que se analizaron las bases de una propuesta que se presentará en la próxima Cumbre de las Américas.


Expertos de diversas organizaciones internacionales y centros académicos de todo el hemisferio coinciden en que la crisis ocasionada por el aumento en los precios de los alimentos debería percibirse como una oportunidad para la agricultura del continente americano.
Del total de la producción mundial de alimentos, América genera el 25% de los cereales, el 34% de las oleaginosas, el 25% de las frutas, el 11% de las raíces y tubérculos, el 31% de la carne y el 24% de leche (Fuente: IICA con datos de FAO). Por considerarse una potencia productora de alimentos, América podría aprovechar la actual crisis de precios.
"No hay crisis en la agricultura, sino un agravamiento de la pobreza y otros problemas estructurales, por el alza en los precios de los alimentos básicos y de la energía. Las consecuencias de seguir hablando de una crisis pueden ser muy negativas e ir, desde ahuyentar las inversiones del sector, hasta crear instituciones para solucionar una situación inexistente”, manifestó el economista agrícola y el presidente de la consultora Servicios Internacionales para el Desarrollo Empresarial (SIDE), Carlos Pomareda.
Pomareda fue uno de los 40 participantes en el Taller “Contribución de la Agricultura y del Medio Rural al Desarrollo Sostenible y a la Seguridad Alimentaria en el Nuevo Contexto Internacional”, convocado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en Costa Rica del 8 al 10 de julio, con el objetivo de analizar el papel de la agricultura y "lo rural" en un contexto internacional caracterizado por las alzas, la crisis energética y el cambio climático.

A partir de los diálogos sostenidos durante esos tres días, se obtuvieron insumos que permitirán elaborar una propuesta que se busca sea elevada a la V Cumbre de las Américas (Trinidad y Tobago, 2009), explicó el Coordinador del Taller y Director de Modernización Institucional del IICA, Rafael Trejos.
Se dieron cita funcionarios de instituciones como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), el Banco Mundial (BM) y el Instituto de Investigación en Políticas Rurales (RUPRI, por sus siglas en inglés) y el IICA.
También tomaron parte especialistas de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA), la Unidad Regional de Asistencia Técnica (RUTA), y de las universidades de Missouri, Purdue y la Javeriana, de Bogotá.

Veloz alza
Quienes ven en la actual crisis una oportunidad para la agricultura de las Américas, indican que, de ser un sector olvidado, hoy la agricultura está de nuevo en la agenda de los países; y naciones grandes y pequeñas, organismos de cooperación y de financiamiento concuerdan en que las políticas que subvaloraron su importancia y llevaron al desmantelamiento de muchas instituciones, como la extensión agropecuaria, estaban erradas.
De acuerdo con los expertos, el principal problema del incremento de los precios de los alimentos en los últimos dos años no es tanto el nivel alcanzado, sino la velocidad con la que esto ha ocurrido, en una época de bajas reservas a nivel mundial.
Para el Director de Políticas y Comercio del IICA, Julio Paz, “los precios en aumento son solo un síntoma de que algo está pasando tanto en la oferta como la demanda, estas variaciones son solamente una señal de alarma”.
El Coordinador Subregional para América Central de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Deodoro Roca, sostiene que “la crisis ha puesto de manifiesto el tema de seguridad alimentaria, no solo en los países sino en las unidades familiares; lo que tenemos es una crisis de precios que se origina en desequilibrios en la oferta y en la estructura de la demanda, especialmente por la influencia de China e India”.
En años anteriores se produjo un crecimiento similar en el precio de los alimentos; sin embargo, el actual período marca diferencias, pues es la primera vez que se da un alza generalizada de los commodities agrícolas y existe una alta volatilidad de los precios, especialmente de cereales y aceites, comentó Roca.
Con estos aumentos se espera, eso sí, que ingresen más competidores en los mercados internos e internacionales, pues se prevé que aparecerán producciones agrícolas en lugares que anteriormente no eran rentables. Algunas áreas agrícolas marginales posiblemente serán incorporadas a la producción y nuevos productores ingresarán al mercado.
Sin embargo, a nivel micro, los expertos opinan que el impacto final sobre las personas dependerá de si los agentes económicos son productores o consumidores netos de alimentos. En el caso de América Latina, el 80% de la población son consumidores netos, lo que podría significar impactos negativos.
El impacto más profundo será para la población más pobre, que destina un mayor porcentaje de su ingreso económico al consumo de productos alimenticios, mientras su dieta está basada en los alimentos que han subido más de precio.
Para el especialista de FAO, “los avances logrados en reducción de la pobreza y la subnutrición están en riesgo de perderse”. Según CEPAL, un alza del 15% en los precios de los alimentos puede empujar a 10 millones de personas a la extrema pobreza; el Banco Mundial, por su parte, calcula que podríamos tener un retroceso de siete años en el combate de la pobreza de continuar la crisis de precios.
De acuerdo con el ex Director General del IICA y consultor argentino Martín Piñeiro, el alza en los precios de los alimentos podría mantenerse a mediano plazo. "Algunos hablan de una tendencia al alza hasta el 2013, otros hasta el 2015… En el año exacto nos podemos equivocar, pero lo cierto es que la época de alimentos baratos ya terminó".
Los expertos están de acuerdo en que los precios de los alimentos no bajarán a los niveles que tenían antes del 2005, situación que coincide con el incremento de otras materias primas, como combustibles y minerales.
Para ellos, la crisis abre la puerta para crear o reformular políticas públicas que posibiliten la inversión en el sector agrícola y que ofrezcan oportunidades para mejorar la distribución de los productos, y con ello reducir la pobreza en el mundo rural.
Fortalecimiento de la institucionalidad
Para el consultor del Fondo de Población de las Naciones Unidas (PNUD) y especialista en temas vinculados a la Región Caribe, Albert Binger, “el modelo estaba diseñado para una realidad muy diferente, con gasolina barata, alimentos baratos y una inversión baja en agricultura”. La crisis golpea a las regiones de manera diferente, siendo la caribeña una de las más afectadas pues importa casi todos los alimentos que consume (más del 90%, citó Binger).
“Los altos precios en el mercado han estimulado la preocupación por la agricultura. Ahora, los gobiernos están tomando decisiones. Pero faltan políticas que respondan a los problemas estructurales; hemos aplicado políticas inadecuadas, porque la verdad, no tenemos un problema de escasez de alimentos”, afirmó el Director de Desarrollo Rural del IICA, Carlos Jara.
Similar opinión expresó el Economista para Latinoamérica del Banco Mundial, Edward Bresnyan, para quien “estamos en un momento en el que debemos tomar decisiones, la interrogante que me queda es cuán rápido podemos generar opciones sin ocasionar daños”.
En términos económicos, el aumento de precios agrícolas ha creado un ambiente propicio para lograr un término exitoso de la Ronda de Doha, comentó el Director de Políticas y Comercio del IICA, Julio Paz. Esto es "parte del paquete recomendado para enfrentar la crisis alimentaria", dijo.
En materia de políticas públicas, el especialista de la Unidad de Desarrollo Agrícola de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), Adrián Rodríguez; y el investigador de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA), Decio Luiz Gazzoni, consideran que se deben impulsar estrategias que estimulen, entre otros aspectos, la investigación de cultivos nuevos o mejorados que permitan la producción de biocombustibles a partir de materias primas con alta densidad energética, como la caña de azúcar, lo que permitiría reducir los impactos del cambio climático y asegurar la provisión de energía en el mundo.
Para la Jefa de la Unidad Agrícola de CEPAL, Martine Dirven, “se requiere un paquete básico de asistencia técnica, de crédito y de estímulo al mercado; sin ese conjunto nada individualmente funciona”.
Al concluir el Taller Internacional de Expertos, el Director General del IICA, Chelston Brathwaite, expresó que “estamos frente a una oportunidad que no hemos tenido en cincuenta años. Hay una nueva conciencia sobre la alimentación como un derecho humano y un nuevo reconocimiento de que la estabilidad del planeta pasa por lograr alimentar a una población que ya alcanza los 6 mil millones”.

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