jueves, 31 de julio de 2008

Financiamiento agrícola y desarrollo rural

Por: Eloy Ortega Souza

Mucho antes que nos visitara el huracán Mitch se levantaron voces acreditadas llamando la atención de los gobernantes de turno para que orientaran recursos para el desarrollo agrícola y que se urbanizara el área rural; pero, infelizmente ellos han actuado sin visión, de forma huraña y mezquina, sin mostrar real conocimiento de que la agricultura es la columna vertebral de Honduras. Esa falta de visión pone hoy en precario la seguridad alimentaria de la ciudadanía pobre e indigentes, al borde de la muerte por hambre, y otros, ya murieron por esta misma causa.
Con el Mitch, la poca inversión pública y privada en el sector agropecuario y el medio rural fue destruido, haciendo retroceder el incipiente desarrollo de Honduras en cuarenta años (40), este desastre natural destruyó cultivos, infraestructura y miles de productores entraron en crisis financiera, perdiendo sus unidades de producción, aunque los gobiernos de turno emitieron leyes para readecuar las deudas, los productores no recibieron nuevos financiamientos, manteniendo un sector agrícola hasta hoy (2008) postrado, pese al esfuerzo del actual gobierno.
Actualmente, los altos costos de los combustibles, el cambio climático, el desempleo, el bajo poder adquisitivo, el alto costo de los alimentos, la baja oferta de alimentos, la falta de salud y educación, crean un ambiente desfavorable para la garantía de la seguridad alimentaria.
Es urgente hacer permanentemente fuertes inversiones en el desarrollo agrícola y agroindustrial, así como en el medio rural, es importante producir sostenidamente la cantidad y calidad de alimentos que nuestro pueblo necesita, al igual es importante crear oportunidades de empleos.
Para generar oportunidades económicas, se torna imprescindible aplicar un conjunto de políticas de fomento agrícola, rural y financiera, acompañadas, dependiendo el caso, por un aumento del gasto público y que apunten al desarrollo de los mercados rurales, incluyendo el financiero. En este último caso, se trata de construir un SISTEMA DE FINANCIAMIENTO RURAL, más que canalizar recursos financieros en forma coyuntural mediante programas de crédito, como se hizo sin éxito en el pasado.
El gasto público destinado a las áreas rurales debiera ser compatible con su importancia económica y social, a un nivel que permita una inversión en infraestructura, fomento productivo y servicios sociales que genere un ambiente económico favorable en el que se generen oportunidades de inversión que puedan aprovecharse con el concurso del financiamiento comercial público y privado, bancario o no bancario.
Del punto de vista de la demanda por financiamiento la existencia de oportunidades económicas, que generen capacidad de pago, es una condición indispensable, pero no suficiente, también es imprescindible reducir los costos de transacción para los deudores y la oferta de productos financieros adaptados a sus demandas.
Siempre, desde el punto de vista de la demanda por financiamiento la meta es promover la expansión de servicios financieros a las áreas rurales con base en principios de sostenibilidad, eficiencia y productividad.
Es bueno mencionar que el mecanismo del ambiente económico requiere de mecanismos que permitan mitigar o dispensar los riesgos asociados a las actividades agrícolas y rurales, crear seguridad sobre los derechos de propiedad y la utilización de garantías mobiliarias, propiciar condiciones para el cumplimiento de contratos y mantener una supervisión financiera que facilite la expansión de microfinanzas.
Esencialmente con un Sistema de Financiamiento Rural, la red institucional del financiamiento agrícola y del medio rural, exige una permanente revisión y ajustes en la banca pública de desarrollo o comercial, expansión de los servicios financieros de la banca privada comercial y la creación y/o fortalecimiento de instituciones financieras de carácter cooperativo y/o micro finanzas.
Existen distintos modelos financieros exitosos para el desarrollo agrícola que se pueden adoptar, pero lo urgente de lo importante es reconocer que el aumento de la producción interna mediante la inversión en el sector agrícola y el medio rural constituye el camino más promisorio para llegar a la seguridad alimentaria de todos los hondureños. Los principales desafíos que se plantean para la agricultura hondureña en los próximos 30 años consistirán en hacer más competitivo el sector, al tiempo de reducir la pobreza y proteger la base de recursos naturales.
Finalmente, en el futuro, la agricultura seguirá teniendo una función esencial en el crecimiento en cada uno de los aspectos de la actividad económica de Honduras como ser: el PIB, las exportaciones, el abastecimiento de alimentos, la producción de materias primas para el sector industrial y las oportunidades de empleos. Asimismo, para competir en el plano mundial tendrá que esforzarse para convertirse en un productor eficiente, de bajo costo y suficientemente flexible como para reaccionar con rapidez ante los cambios en las circunstancias del mercado. Para ello, habrá que invertir en sector agrícola, en la población rural, en particular su educación y su salud, y desarrollar una infraestructura de mercado, en especial transportes y comunicaciones.
Lamentablemente, hoy por hoy, la agricultura en Honduras es un gigante adormecido es necesario despertarlo y convertirlo en pujante, vigoroso, rentable, respetado y sostenible.

No hay comentarios: