RESUMEN
Por: Ricardo Dávila Ladrón de Guevara
ESTRATEGIAS DE DESARROLLO RURAL
Una propuesta de estrategias de desarrollo rural para América Latina debe partir de entender el cambio que ha sufrido el medio, el que se puede definir en término de seis aspectos primordiales, el cual ha sido ocasionado por el modelo de desarrollo global imperante. Cuatro de ellos, como lo plantean Pérez y Farah (2002), son relativos a los siguientes aspectos“Demográficos: como resultados del éxodo masivo en los años sesenta y setenta… en América Latina, …en especial en la zona andina, el problema es la alta densidad de la población con una escasa cantidad de tierra disponible…ha disminuido drásticamente la tasa de natalidad.Económicos; que se originan en parte por la pérdida de importancia de la producción agropecuaria en el conjunto de las economías nacionales y las diferentes reformas y medidas económicas que se han implantado para favorecer la aplicación de los modelos de desarrollo.Institucionales; ha habido grandes transformaciones en la concepción del papel del Estado, en las relaciones entre lo público y lo privado, y en las funciones de lo local, lo regional, lo nacional y lo supranacional. Se ha dado gran importancia a la descentralización política, al asignarle un mayor poder a lo local y regional.Ambientales; la degradación de los recursos naturales, la contaminación del ambiente y la pérdida de servicios ambientales se han incrementado a tasas cada vez mayores…” (Pérez y Farah, 2002; 11-12).Los otros dos aspectos importantes del cambio producido se exteriorizan, de un lado, en el cambio producido en los sistemas productivos agropecuarios que se traduce en la pérdida progresiva de la autonomía alimentaría (Barkin, 2001) y, de otro lado, en el cambio en la política de comercio exterior que se ha producido en la mayoría de los países de la región, expresado en el efecto liberalizador que ha conducido a menores regulaciones arancelarias para los productos agropecuarios y la desaparición de subsidios para este tipo de producción (Teubal, 2001).Además, como lo plantea Pérez (2001), se necesita romper el paradigma económico estrecho en el cual se ha ubicado el papel del sector, según el cual se le entiende principalmente como proveedor de materia prima para los procesos industriales, generador de divisas, de capital y de alimentos para los habitantes de las ciudades, para poder impactar la política y las instituciones y de esta manera propiciar un desarrollo equilibrado. Todas estas situaciones de cambio conducen necesariamente a entender que el modelo de sociedad rural en América Latina está en crisis, la que se puede visualizar ordenada en cinco grandes manifestaciones, que son las siguientes según Pérez, (2001; 21):a. Crisis de la producción y orientación; que se expresa en que la organización social del medio rural está amenazada por los patrones de consumo actual y los sistemas productivos que conllevan dichos patrones y que conducen a que el agricultor se debata frente a tres aspectos, la manutención de la familia, la competitividad comercial y la dificultad en la toma de decisionesb. Crisis de población y poblamiento; que se traduce en cuatro aspectos básicos; la desmotivación del habitante rural, el envejecimiento de la población que se queda, el impulso a un sentimiento de desprestigio social de la actividad agrícola y la migración de los jóvenes.c. Crisis de las formas de gestión tradicionales; que se enuncia como el cambio en la costumbre del agricultor de decidir con base en la intuición y la imitación a depender, para la toma de decisiones, de las políticas internacionales y nacionales, de las señales de mercado y de la competitividad empresarial.d. Crisis en el manejo de recursos ambientales; manifestada en el deterioro de los suelos, el desperdicio y contaminación de las aguas, la deforestación de los bosques, problemas que pueden ser solucionables teniendo en cuenta la presencia del agricultor en el medio rural, en lugar de seguir ignorándolo.e. Crisis en las formas tradicionales de articulación rural; traducida en cambios sustanciales en al institucionalidad rural, en donde el papel de instituciones tradicionales ha cambiado o han desaparecido.Esta situación de crisis generalizada, se da en medio de un proceso de globalización que implica la necesidad de una inserción del sector a la economía global buscando mejores condiciones, contando con unas estructuras estatales corruptas e incapaces de impulsar el desarrollo necesario para esta articulación y una lógica de mercado basada en una acumulación inagotable de capital, con lo cual se crea un ambiente amenazante para el sector.Este primer aparte se puede concluir sintetizando en tres aspectos fundamentales aquello que conviene tener en cuenta al momento de pensar en una propuesta de estrategia para el desarrollo rural futuro de la región. Estos aspectos se refieren a; 1. La necesidad de reconocer el fracaso de los modelos de desarrollo rural y global aplicados en la región, en especial a partir de los últimos cincuenta años.2. El efecto negativo y crítico que el modelo neoliberal imperante ha producido en la región, en términos del desmejoramiento creciente de las condiciones de vida de la población, tanto rural como urbana, la concentración de la riqueza y la propiedad, la inequidad en los términos de intercambio internos y externos y el impacto ambiental negativo.3. La necesidad de búsqueda de modelos de desarrollo alternativos o diferentes que conduzcan realmente al mejoramiento de las condiciones de vida de la población valorando sus formas de vida y reconociendo sus capacidades y habilidades productivas y creativas, produciendo un efecto equilibrador que elimine las asimetrías que caracterizan las relaciones que se dan en el quehacer económico, social y productivo que se vive en la región. Se tiene que evitar repetir el fracaso acaecido hasta el momento.
LA PROPUESTA DE LA ESTRATEGIA FUTURA DE DESARROLLO RURAL
Habiendo planteado la perspectiva global que se vislumbra en América Latina y teniendo precisados los cambios fundamentales que se han producido en la región y las causas generales que los han generado, se entra en este aparte a proponer una serie de estrategias que se consideran las adecuadas para orientar los proyectos y programas de desarrollo rural que a futuro debe abordar América Latina. Estas estrategias se pueden condensar en seis planteamientos básicos. Que son:Una nueva concepción de lo rural; el primer paso a dar tiene que ver con recomponer una visión donde lo rural no es solamente lo agrícola, o lo atrasado o donde se lleva a cabo la producción primaria “…Así, lo rural trasciende lo agrario y, por lo tanto, los programas y proyectos de desarrollo rural no pueden ser sólo agropecuarios, sino que deben involucrar todas las actividades rurales…” (Pérez y Farah, 2002; 12).Lo anterior conduce a concebir el medio rural como una entidad socioeconómica en un espacio específico conformado por cuatro componentes básicos: “… Un territorio que funciona como fuente de recursos naturales y materias primas, receptor de residuos y soporte de actividades económicas.Una población que, con base en un cierto modelo cultural, practica actividades muy diversas de producción, consumo y relación social, formando un entramado socioeconómico complejo.Un conjunto de asentamientos que se relacionan entre sí y con el exterior mediante el intercambio de personas, mercancías e información, a través de cambios de relación.Un conjunto de instituciones públicas y privadas que vertebran y articulan el funcionamiento del sistema, operando dentro de un marco jurídico determinado…” (Ramos y Romero, 1993; 17), citado por Pérez (2001; 23).Pero lo fundamental de esta nueva visión es que se asuma como una estrategia de desarrollo rural, que permita superar el paradigma neoliberal, proponiéndose como un desarrollo popular sustentable entendiendo que“…La sustentabilidad es…una lucha por la diversidad en todas sus dimensiones….es un proceso, más que un conjunto de metas bien específicas. Implica la modificación de un proceso en la naturaleza, la economía y la sociedad…” (Barkin, 2001; 84-85)Esta nueva visión de lo rural significa, entonces, una perspectiva en la cual se deben tener en cuenta la existencia de nuevas funciones de los espacios rurales, que para Pérez y Farah (2002)“… se constituyen en una vía posible a su reequilibrio y desarrollo. Destacamos los siguientes: Equilibrio territorial…Equilibrio ecológico y producción de recursos y servicios ambientales…Producción de alimentos limpios y orgánicos….Usos agrarios no alimentarios….Establecimiento de agroindustrias y empresas manufactureras… Espacio para actividades de esparcimiento y recreación al aire libre…Reconstrucción cultural y del patrimonio histórico…manejo de recursos colectivos…” (Pérez y Farah, 2002; 23-24)Para Cárdenas (2004), esta manera de concebir la ruralidad significa que“… Comprender <…> la problemática rural no sólo implica entender el sistema rural al interior y con sus componentes, sino como un sistema abierto que intercambia flujos con otros sistemas como el urbano, y donde por múltiples razones históricas el volumen de esos flujos es cada vez mayor…” (Cárdenas, 2004; 235)Lo que conduce a comenzar a usar un nuevo concepto, el de Sistemas Complejos Adaptativos (SCA) que, habiéndose comenzado a usar de manera exploratoria en problemas de la realidad social, ecológica, neuronal, física o química, no se ha trabajado en cuanto a la problemática rural, como lo manifiesta Cárdenas (2004; 233) y que permite comprender los problemas de la relación hombre-territorio.Sin embargo y con el ánimo de que estas nuevas propuestas de estrategia puedan convertirse en realidades, es necesario tener en cuenta las advertencias que hace Kay (2004)“… cuando la NR se utiliza como estrategia para construir una nueva realidad rural es cuando presenta mayores problemas. En este caso, muchas veces se persiguen objetivos que son contradictorios; además no se examina suficientemente la viabilidad de la propuesta. Por ejemplo, ¿es posible combinar la sustentabilidad ecológica con la competitividad?, ¿en qué medida es compatible esta visión de la NR con la liberalización? y ¿cuan factible es la propuesta de la NR dentro de la globalización? Muchas veces tampoco se explica con suficiente claridad el apoyo estatal e internacional que requerirán tales propuestas y, menos aún, se calcula el costo económico y las fuentes de financiamiento para tales medidas. Lamentablemente, el sector rural de ALC no tiene el mismo apoyo gubernamental y financiero que tiene la UE y no es factible que lo tenga en un futuro previsible…” (Kay, 2004; 86-87)La revalorización de lo rural; La importancia del sector rural se plantea de manera clara y precisa en toda la literatura relacionada con este tema. Por ello, para que esta revalorización de lo rural pueda convertir se una estrategia futuro, para el desarrollo rural, la debemos tomar en cuenta utilizando la idea que desarrolla Pérez (2001), en la cual se precisan tres elementos que esta revalorización debe contener“… La revalorización de lo rural parte del supuesto de que no sólo existe, sino de que es de suma importancia para la sociedad y la economía en su conjunto. La revalorización más importante sería, entonces, la cultural: la visión de lo rural como una nueva, aceptable y mejor alternativa de vidaPero también hace falta una revalorización sociopolítica de lo rural. Hay que partir de la transformación de las viejas estructuras de poder local y de las formas de dominación como efecto parcial de las reformas constitucionales y de los procesos de descentralización desarrollados como parte del modelo globalUn tercer elemento es el cambio en las demandas colectivas…es cada vez más claro que las demandas colectivas se enfocan hacia la exigencia de servicios, infraestructuras y participación en la sociedad civil…” (Pérez, 2001; 25)Dada la importancia que el campesinado tiene en la mayoría de los países de América Latina es necesario, en este proceso de revalorización de lo rural, considerarlo como gestores de sistemas sociales y productivos complejos y no como actores atrasados. Como dice Barkin (2001)“… Históricamente, los habitantes rurales nunca han sido “sólo” agricultores, o productores especializados en cualquier producto. Más bien, las comunidades rurales fueron caracterizadas por la diversidad de sus actividades productivas en las que se comprometen para asegurar su subsistencia; son comunidades de administradores de sistemas complejos de recursos. Fue sólo la aberración de transferir modelos de agricultura comercial a la teoría del desarrollo del tercer mundo lo que contribuyó a menospreciar el carácter multifacético de los sistemas locales de producción tradicionalLa diversificación productiva tiene que relacionarse con el patrón de necesidades y recursos locales. En la medida en que la gente no esté involucrada en el diseño e instrumentación de programas que le aseguren sus propias necesidades de consumo, tendrá menos conciencia del impacto de sus demandas sobre el resto de la sociedad y del ambiente natural…” (Barkin, 2001; 87)Una concepción de largo plazo; Como se ha venido anotando anteriormente, la situación crítica del medio rural en América Latina se debe, en buena parte a la aplicación en el mediano y largo plazo de modelos de desarrollo inadecuados a nuestra realidad concreta. Por esta razón, una estrategia necesaria para revertir el estado de la cuestión rural en la región, tiene que desenvolverse en un ámbito de tiempo de las mismas características, si lo que se pretende es revertir el sentido de la tendencia que marca el desarrollo actual de la sociedad latinoamericana. Por esta razón, esta concepción del tiempo pretende: • Que se entienda que los nuevos enfoques que se plantean tienen antecedentes en teorías previas lo que busca evitar entrar en las modas que impulsan instituciones y personas, proponiéndolas siempre como las soluciones a los problemas que modas anteriores desarrollaron.• Posibilitar un abordaje interdisciplinario de los estudios rurales (Kay, 2005) que sea coherente con la comprensión de que la cuestión rural es un fenómeno complejo que implica un abordaje desde diferentes ópticas y no solamente desde una única perspectiva.• En cuanto a la acción a desarrollar que esta se conciba como un proceso y no como una serie de acciones puntuales, muchas veces descoordinadas y contradictorias, unas de otras.• Si se pretende que haya transformaciones que conduzcan a una mejora de la competitividad del productor rural, una concepción de mediano y largo plazo es inevitable.Una propuesta de desarrollo de carácter participativo y sustentable; también ha sido evidente que el fracaso de los modelos aplicados se debe, en buena parte, a que para su aplicación y desarrollo no se tuvo en cuenta, para nada, a la población supuestamente beneficiaria. Además, si consideramos que la propuesta de desarrollo que se proponga sea sustentable, se debe tener en cuenta que“… La sustentabilidad involucra la participación directa. Si existe una constante en la bibliografía en el área, es el reconocimiento de que el movimiento ha surgido de las bases populares…” (Barkin, 2001; 87)Es incuestionable que un factor de éxito es el de integrar de manera directa a los beneficiarios en las propuestas a desarrollar, pero esta participación exige ciertas características si se desea que la participación termine por beneficiar a todos, en especial que“… quienes detentan el poder se den cuenta de la necesidad de integrar a la gente dentro de las estructuras reales de poder con el fin de confrontar los principales problemas de nuestro tiempo…También involucra la participación activa de la gente, a los efectos de que entienda la dinámica de los sistemas naturales y oriente el rediseño de los sistemas productivos… Es un enfoque basado en la movilización política…la necesidad de la participación democrática efectiva en el diseño e instrumentación de los proyectos…” (Barkin, 2001; 88-89)Por lo tanto la participación propuesta lo que pretende es que se impulse y apoye un proceso de desarrollo que surja desde abajo, permitiendo una mayor comprensión de la realidad de los beneficiarios, al valorar adecuadamente sus estrategias de vida, sus costumbres y sus valores, reconociendo lo que estos poseen y por ello apreciando, adecuadamente, la participación local.Y lo sustentable se fundamenta en la convicción bastante generalizada de que los actuales sistemas de producción y los patrones de consumo atentan directamente contra la continuidad de nuestras organizaciones sociales y que se necesita“…una estructura diferente, más acorde con las posibilidades de la tierra para mantener y reproducir la vida…<…> en el análisis final, descubrimos que en las condiciones presentes la misma acumulación de riqueza crea pobreza… la sustentabilidad es entonces una lucha por la diversidad en todas sus dimensiones…” (Barkin, 2001; 83-84)Por ello, para revertir la tendencia que apunta hacia la concreción de cambios profundos en la vida social y económica de los pobladores rurales, se necesita de una estrategia que combine la participación de las comunidades implicadas con una propuesta de desarrollo sustentable, en la que se cuente con ellos mismos, de manera tal que los cambios que se deben producir puedan ser monitoreados dentro de sus propias perspectivas y capacidades, teniendo en cuenta, tanto sus conocimientos y saberes que les han permitido sobrevivir a los tiempos pasados, como sus propias propuestas de cambio y adecuación a las nuevas realidades.Una consideración de políticas públicas sectoriales enmarcadas en la política macroeconómica; para la elaboración de una propuesta de política que recoja la experiencia vivida en la región y que apunte a superar los errores cometidos en el pasado, se ha considerado adecuado aprovechar los resultados conseguidos en un curso a distancia sobre desarrollo rural que se dictó en el marco del proyecto FODEPAL , el cual reunió a un grupo de 45 profesionales de la región, vinculados a instituciones públicas y privadas del ámbito del desarrollo rural y agrario de América Latina.Este grupo de profesionales, participaron en extensos debates estructurados por los profesores responsables del curso, en torno a aspectos clave de los contenidos del curso, habiendo llegado a las siguientes conclusiones (Bandeira, Atance y Sumpsi, 2003, 133-134):“…La búsqueda de un nuevo modelo de intervención estatal que se sitúe en un punto intermedio entre el paternalismo de los años cincuenta a los setenta y el laissez faire de los ochenta, junto a los nuevos programas y proyectos de desarrollo local, que enfatizan la participación de la población y la necesidad de un enfoque territorial, son pasos importantes, pero todavía se requiere un gran esfuerzo adicional en al menos cuatro aspectos para poder tener éxitos tangibles en la disminución de la pobreza rural de América Latina:1. Elaboración de estrategias que integren y coordinen políticas estables de distinto ámbito geográfico (internacional, nacional-regional y local), tipo (territorial y sectorial), función (económica-productiva y social) y plazo (corto y largo). Es decir, entendemos que todos estos tipos de políticas son necesarias, debiéndose establecer el mix óptimo en función de la situación y los objetivos específicos perseguidos en un territorio concreto, pero la posibilidad de éxito de cada una estará en función de su grado de complementariedad y coordinación con el resto de políticas.2. Importancia de establecer mecanismos institucionales estables, consensuados, basados en la participación de los representados de los distintos intereses (gobierno, empresarios, trabajadores, indígenas, ciudadanos excluidos, etc.) y que se cumplan. En este último sentido (su cumplimiento) habrá que incrementar los esfuerzos en cuanto a transparencia y publicidad, control y evaluación externa de la ejecución de los programas, desarrollar incentivos tanto positivos como negativos para losa gentes participantes en los programas y potenciar el sistema de judicial.3. Fortalecimiento económico y técnico de los organismos más débiles, que normalmente son las organizaciones civiles (y en algunos casos los gobiernos locales), para que puedan participar de manera efectiva en el diseño, gestión y control de la ejecución de las políticas públicas…” (Bandeira, Atance y Sumpsi, 2003; 133-134).Si bien el grupo añade una cuarta conclusión relativa a la transferencia de los principios y elementos básicos de la iniciativa europea LEADER a América Latina, esta no se toma en cuenta para la propuesta de la estrategia de política que se recomienda para la región, para evitar que estas nuevas propuestas corran la misma suerte de las propuestas anteriores, que transplantaban una visión desarrollista y acrítica a una realidad concreta bien diferente, tanto en aspectos sociales, culturales, políticos y económicos como físicos, geográficos, ambientales, etc., y que podría conducir a un nuevo fracaso, en tanto no se haya desarrollado una masa crítica lo suficientemente fuerte como para hacer una valoración adecuada de esta experiencia y, antes de transferir o adoptar la experiencia, valorar las capacidades propias de los pobladores del territorio rural en la región para elaborar su propio modelo de desarrollo y la capacidad que tienen para valorar los aportes que viene del exterior.
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